Publicado: 26 de Enero de 2016
El consumo de la iluminación de un hogar medio supone aproximadamente 10-20% de la factura eléctrica total de la vivienda. Convirtiendo la energía eléctrica en luz y no en calor, se puede ahorrar hasta un 80% de electricidad.
En términos económicos, cuanto menos se utilice la luz artificial, mejor. Sin embargo, desde el punto de vista del confort y salud, hay que decir que la iluminación artificial debe utilizarse siempre que sea necesario, y con la potencia que necesitemos. De lo contrario se estará produciendo un derroche de electricidad que se trasladará a nuestra factura.